Y no te asustes si me río como una loca. ▲

“Te podría decir que sus ojazos marrones y su sonrisa pícara, sus manos y su cuerpo, pero tengo razones mejores. Me gusta por la manera que tiene de hacerme reír, de la alegría que me provoca verlo. Es por cómo habla, por el modo en el que camina, por las locuras que dice. Por la sensación que me causa tenerlo cerca, porque tan sólo él logra generar aquellas mariposas en el estómago de las que tanto habla la gente. Adoro su autonomía, su independencia, su libertad. También me enloquece su forma de ser, su autenticidad y lo despegado que es al pensamiento ajeno. Que no le importe lo que el resto piense me fascina, que sea todo lo opuesto a mí, como dice aquél dicho, me atrae.”