Como casi siempre cuando algo se muere nace la nostalgia buscando un corazón, pero en mi no es raro y aunque esté desordenado es impermeable al dolor. La felicidad es un maquillaje de sonrisa amable desde que no estás. Siempre serás bienvenido a este lugar, a mi lista de obsesiones, de nombres a olvidar. ¿Cómo recordarte sin mirar atrás? Yo nunca olvidaré el último vals. Cuando todo acabe y el silencio hable, sólo tus pupilas sabrán que fue verdad. Y entre los cristales pedacitos de esa tarde donde comenzamos a soñar. †
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