Y no te asustes si me río como una loca. ▲

“Puede que no sea rubia, que no tenga ojos azules o claros, que no tenga tipazo, que no me guste el helado de vainilla o las aceitunas. Puede que no sepa bailar bien, que no tenga talento para algún tipo de danza, que no me guste la música clásica, es más me duerme. Puede que sea desordenada y un desastre, que pierda las cosas y las encuentre cuando ya no me sirven. Que me caiga con regularidad o tropiece continuamente, que me altere la Coca-Cola y puede que no confíe en muchas personas. Puede que le de demasiada importancia a cosas absurdas, que me guste que me besuqueen, puede que deteste la ensalada o adore la sopa. Puede que siempre se me olvide como se juega a las cartas o que sea mala al ajedrez o a las damas. Puede que sea una cantosa y que grite al hablar. Puede que a veces ni siquiera hable, que sólo asiente y niegue con la cabeza, mientras miro a las personas y me pongo a pensar en que piensan cuando van caminando por la vida. Puede que de vez en cuando fume, y haga estupideces. Puede que no tenga buena letra, que sea mala con la matemática y la física, que odie los números y que necesite los dedos para sumar siete y trece. Puede que ya no crea en el amor, y que desconfíe de las personas. Puede que no me sepa el número de mi propio teléfono móvil, o del tuyo, y que no sepa poner los acentos en francés. Puede que adore vivir de noche, salir con mis amigos todos los viernes, y también las borracheras casuales. Puede que lleve lentes de contacto, y puede que no sea perfecta. ¿Y qué? ¿Quién lo es? Yo soy feliz a mi manera.”