“Antes
había una fuente. De perna que soy me caí y él me rescató. Ahí nos conocimos.
Antes yo era una nena asustada y peleadora. Él me trató como una princesa, me
dio cosas con las que nunca había soñado. Antes él era un nene bien, vivía en
una burbuja, yo le abrí los ojos, y él me enseñó a amar. Antes él se equivocó y
me rompió el corazón. Yo me equivoqué y le rompí el corazón. Antes no sabía lo
que era el amor, y ahora no puedo vivir sin él. Si uno sabe la que se viene y
la puede evitar, mejor ¿No? Si sabes de antemano que el bondi al que te subiste
va a chocar ¿Te subís? Si sabes que se viene un huracán ¿No te escondes veinte
metros bajo tierra para evitarlo? Cuando uno ve venir el quilombo tiene dos
alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse de un round que uno
ya sabe desde antes que va a perder por knock out. Si sabés que te van a atacar
mejor atacar antes ¿No? El que pega primero pega dos veces. Si ves venir la piña,
mejor anticiparse ¿No? Si sabes que te quieren meter en cana ¿No es mejor
escapar? ¿No dicen que si rajas servís para otra guerra? Si sabes que te van a
cortar el rostro, mejor ni tirarse a la pileta ¿No? Si sabes que te van a decir
que no… ¿Para qué preguntar? Pero ¿Y si te equivocas y te retiras de la cancha
pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y si atacas antes de que te ataquen
pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas de gusto porque nadie te
iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos decís que no antes de que te corten el
rostro pero en realidad el otro quería decir si? (¿Y si dejas antes de que te
dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar.) Cuando me la veo
venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la
cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. (Pero es tan grande el dolor
cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado.)”
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