Skinny love.

“Vamos, amor egoísta, solo dura todo el año. Pon un poco de sal, nunca estuvimos aquí, mirando al pozo de sangre y barniz aplastado. Le digo a mi amor que lo destruya todo, que corte las cuerdas y me deje caer… Justo en este momento, estoy en lo más alto. Y te dije que fueras paciente, y te dije que estuvieras bien, y te dije que fueras equilibrado, y te dije que fueras amable. Y en la mañana estaré contigo pero será de una forma diferente, yo tendré todos los boletos y todas las multas serán tuyas. Vamos, amor egoísta. ¿Qué paso aquí? Se seca la esperanza mal sujeta, lleno de una carga de tristeza, tan lento en la separación. Y te dije que fueras paciente, y te dije que estuvieras bien, y te dije que fueras equilibrado, y te dije que fueras amable. Y ahora todo tu amor está malgastado, y entonces ¿Quién carajo era yo? Porque estoy rompiendo todos los pantalones al final de todos tu caminos. ¿Quién te amará? ¿Quién peleará? ¿Quién se quedará atrás? Vamos, amor egoísta…”

“Skinny Love habla de un amor que pudo haber sido ideal, pero no lo fue. Uno de los dos no se dejo llevar, el otro entregaba demasiado en comparación a lo que recibía a cambio. Teniendo todas las herramientas para hacer la relación funcionar, ninguno supo como ocuparlas, y el amor se desvaneció, siendo tiempo después algo así como una cicatriz que duele al momento de recordar el porrazo pero poco a poco se borra en la piel. Las dos partes buscan olvidarla por definitivo, nunca logrando su cometido, quizás por haber estado los dos concientes de que podría haber sido mucho mejor de lo que terminó siendo.”