2012 ©Takingoutmyfreak. By: Antonella Bianchi.




"El corazón se rompe, a veces por amor, otras veces por sueños no cumplidos o muchos más motivos. Los pedazos de nuestro corazón quedan esparcidos por el suelo, roto, destruido y hecho añicos. Duele, pero podemos agacharnos y recoger los pedazos de nuestro corazón,  pegarlos de nuevo, recomenzar y luchar por un mañana mejor, un futuro en el que nuestro corazón encuentre la paz y la felicidad. En nuestra alma no sólo hay amores frustrados, también hay sueños no cumplidos, miedos instalados, sentimientos sin palabras, recuerdos que lastiman, relaciones dolorosas, omisiones que sancionan, mil y un cargas que nos llenan de melancolía. Hay tantas cosas, tantas, que se haría imposible hablar de dificultades externas cuando nuestros problemas no están fuera, sino que se encuentran dentro de nuestro ser, respirando, durmiendo, comiendo y caminando a cada instante con nosotras. El alma se puede romper con un solo rasguño de odio que llegue a su camino, y lamentablemente no sólo nos han rasguñado, sino que nos han golpeado sin piedad hasta dejarnos agonizando en un rincón de la fría calle de la decepción. ¿Para qué enfrentar lo que viene? ¿Acaso tiene sentido? Si todo hubiera sido diferente, si hubiese tenido otro final. No se trata de finales, se trata de inicios. Podemos buscarle otra forma a la mesa pero su finalidad seguirá siendo la misma ya que hay circunstancias en la vida que no elegimos, sino que nos eligen. El alma es puro sentimiento, puro amor, alegría que no conoce de oscuridad. Por ello es que siempre encuentra luz en medio de la neblina, por ello es que es capaz de levantarse incontables veces de la mismísima muerte. Así que aunque tengamos el corazón triste, siempre podremos encontrar la luminosidad de un nuevo día, porque no podemos sembrar en la oscuridad de la noche sino con los primeros rayos de sol de una nueva mañana. Tenemos derecho a vivir bien, a ser felices. Debemos sacarnos de la cabeza la idea de que algunas vienen a este mundo para ser mártires y otras para ser reinas.  Todo es cuestión de actitud ya que si creemos que no podremos, pues no podremos. Pero si actuamos como si la derrota no fuese una posibilidad, como si los errores no fueran grotescos animales, podremos volver a armar nuestro rompecabezas e incluso podremos construir uno mejor que el que antes teníamos. No nos dejemos apabullar por las pruebas del camino, por el contrario, debemos mirar al cielo y sonreír porque estamos vivas. Si tenemos el alma rota la pegaremos de nuevo con mucho a mor y paciencia, porque nuestro corazón se ha transformado, se ha llenado de valentía y ahora es capaz de brillar y aprender de las situaciones difíciles."

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